lunes, 12 de marzo de 2012

¡GUSTA SENTARSE!

La felicidad del ser humano llega por muchas vertientes, pero raro es el individuo que cultiva el motivo principal para ser feliz. Por lo regular encuentra el panino de su felicidad en la acumulación de riqueza y claro que a nadie le sobra el dinero, es más frecuente que le falte, no importa que ya tenga la caja fuerte llena, las cuentas en los bancos abultadas, los bienes raíces o inmobiliarios desproporcionados y un sin número de amistades compradas.

Pero si tuvo la suerte de sacarse la lotería política por varias décadas y supo manejar su bandera de los mil vientos, seguramente siempre llegó a puerto seguro con las alforjas llenas de todo tipo de regalos, compromisos y su rédito monetario, por tal motivo aspira jubilarse en las lides de su partido.

Otros de pensamiento más honesto, saben de sus tiempos de servir y dan por hecho su trabajo desempeñado, quedando pobres, con recursos para vivir adecuadamente, con buena moral para sus hijos y familiares, capaces de pasear con el sombrero a media cabeza en señal de honestidad, libertad, amistad, satisfacción cumplida a favor del bien general. (Son muy pocos pero existen).



En décadas pasadas, lograr un puesto de servicio a su pueblo, era sinónimo de buscar el beneficio general, que llegaran recursos a los ejidos, los particulares, el aspecto educativo y no se quebrantara la amistad, salvo en algunos casos que los responsables resultaban deshonestos y hacían perdidizos los recursos y después como el ave fénix, resurgían de las cenizas con fuentes de trabajo o capital invertido en bienes de todo tipo sin embargo el índice quedaba puesto sobre el gatillo social.



Algunos personajes se burlaban por los jóvenes que hacían sacrificios para estudiar bajo las normas de la moral y el respeto de los maestros, padres, tíos, familiares que podían llamar la atención dentro de lo recomendable, para que los adolescentes fueran mejores ciudadanos. Cuando se encontraba a un familiar o persona mayor, era un honor pedirle la mano, saludarlo de mano, bueno hasta: ¡Deme la mano y no era necesario pedir el veinte, el tostón o el peso!. 

Los mismos tíos consientes daban la moneda si la traían o en respuesta, dibujaban una grata sonrisa, en señal de unión y conducción por buen camino de su sobrino o simple ciudadano atento y educado.

Los tiempos han pasado y es muy difícil que en un autobús,  vehículo pesero de transporte, festival público, que estén saturados: Diga un joven o persona educada a un ciudadano de edad, mujer embarazada, con niño en brazos,… ¡Gusta sentarse!  Cuando vea esta manifestación importantísima, felicite al que lo haga, pues en realidad quiere decir que viene de familia con buenos principios, que se los inculcaron o que los trae por naturaleza.

 Esto aplica en los políticos que luchan para llegar y ofrecen todo el  oro y el moro, cuando están buscando el apoyo, después, ya en el poder y que se requieren para lo más mínimo, se esconden, no están, no hay quien resuelva,…, hay que checar el dato; si pertenece al efecto gato, a la terrible escoba, al tendedero de la carne de enfrente, porque la de casa no despide olor desagradable;  o a los indeseables, pues el tener el poder, significa, estar en la antesala del “dios terrenal”, que seguramente con el tiempo sabrá que todo lo realizó sin deseo de molestar a nadie.

Cambiando de frecuencia. No cabe duda que todo mundo debe conocer la película titulada “De panzazo”, pero no para devorar instituciones y cristianos, sino para valorar el rubro educativo nacional.

Otro aspecto de interés sobresaliente es el costo político que se gesta para la sucesión presidencial, donde los apoyos sociales tendrán nombres y apellidos, existirán voto secuestrado si el ciudadano lo acepta, porque ningún apoyo será de gratitud, todo tendrá un costo, solamente los que aman, profesan, practican la libertad; entenderán que brindar beneficios sociales, es un deber como funcionarios y gestores públicos, mas no un reclamo de cambalache.

Res non  verba.

POSDATA. La visita de un gobernante a los municipios, comunidades ejidales y poblaciones, siempre son señales de caminos de progreso, caminos, preferencias y resultados explicables o futuristas. ¡México creo en ti!

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